viernes, 28 de enero de 2011

Marcas


Cuando el camino no es visible, las marcas nos ayudan a andar menos temerosos. Paso, no sé, paso, ¿será por aquí?, paso, ¡mira una marca!. Y te encuentras. Y el fin del camino se muestra alcanzable, feliz. Como un perro que te espera ansioso a que llegues a casa, preparado, para saltar sobre tu pierna y llenarte de babas. Pero hay otras marcas que ayudan a caminar sí, pero queman y duelen conforme se instauran dentro de la fría roca. Quiero no ser roca, quiero que se borren, quiero que jamás hubieran estado ahí. Necesito no vomitar ni uno solo de tus pensamientos. Necesito vomitar los míos. Mis marcas, tus marcas, me dan miedo. No me dejan caminar. Hacen que el camino sea duro y su final imprevisible. Como llegar a casa tras un mal presintimiento y encontrar tu perro muerto en el rellano.

2 comentarios:

  1. A veces pienso que la única marca que nos orienta es una que yace bajo la cruz de la frustración.
    Pero que nunca encuentres a Pirata muerto en el rellano.

    ResponderEliminar
  2. Muy bello lo escrito, seguí asi!

    saludos!!

    http://pensamientosenelahora.blogspot.com/

    ResponderEliminar